El nacimiento de la movida “Rock en tu idioma” en el México de los años 80, vio nacer a los Caifanes, la emblemática banda que mezcló los sonidos clásicos del género con las raíces de su país, generando acordes característicos que aún celebran sus seguidores.
La primera presentación como grupo fue en Rockotitlán, en 1987. Allí Saúl Hernández, encargado de la voz y la guitarra; Sabo Romo en el bajo, y Diego Herrera en los teclados y el saxofón, fueron esperados y aplaudidos por el grupo de fans que los reconocía de sus anteriores bandas. Alfonso André, en la batería y percusiones, llegó tres conciertos después.
Romo perteneció a Manhattan, Ruido Blanco, Cherry, El Método del Ritmo, Briseño, Taxi y el Séptimo Aire. Saúl Hernández, André y Alejandro Marcovich, el guitarrista que también llegó después, conformaban “Las Insólitas Imágenes de Aurora” anteriormente.
Biografía
De sus difíciles comienzos se desprende el hecho de no generar dinero, y aunque se habían esforzado por reunir un presupuesto, solo pudieron grabar un demo en el que por primera vez se dejaron escuchar las canciones “Mátenme porque me muero”, La bestia humana”, “¿Será por eso?”, y “Viento”.
Sería con la primera que empezarían a ser reconocidos por su trabajo y como grupo, lo que daría paso a una entrevista en la casa disquera CBS México, donde se generó una de las grandes anécdotas de la banda: los catalogaron de homosexuales y uno de los representantes les dijo “en CBS, nuestro negocio es vender discos, no ataúdes”.
No obstante, recibieron el apoyo de CBS y se presentaron como teloneros de Neón y Miguel Mateos en el ahora World Trade Center México, a finales del 87.
Discografía
Óscar López, productor de Mateos, los apoyó desde ese instante. Con él grabarían su primer LP, “Caifanes”, también conocido como “Mátenme porque me muero”, “Volumen 1” o “El disco negro”.
Llegaría después la versión de la negra “La negra Tomasa”, un acierto muy significativo para la carrera de Caifanes. De allí sale el EP con el mismo nombre en el 88, con tres nuevas interpretaciones y el tema “Perdí mi ojo de venado”.
“Volumen II”, mejor conocido como “El diablito” fue su segundo disco. Alejandro Marcovich ya estaba formalmente en la banda y destacan “Detrás de ti”, “Antes de que nos olviden”, y “Los dioses ocultos”, así como “La célula que explota”, que con su acento de mariachi le imprime a Caifanes la esencia que los caracterizará, una mezcla entre rock y la música popular mexicana.
Con “El silencio”, su tercera producción lanzada en 1992, “No dejes que…”, “Miércoles de Ceniza”, “Nubes”, “Nos vamos juntos” y “Piedra”, se escucharon en el Hollywood Palladium de Los Ángeles a lleno total. Esta hazaña la repiten en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, algo que jamás había logrado un grupo de rock.
Romo y Herrera se separan de la agrupación, que convertida en trío saca al mercado “El nervio del volcán”, en el 94. “Afuera”, “Miedo”, “Aquí no es así” y “Ayer me dijo un ave” conquistaron al público de MTV Latino, organización para la que realizaron un unplugged. Luego se convierten en teloneros de los Rolling Stones, en su puesta en escena en México.
En ese momento, las diferencias entre Hernández y Marcovich fueron tan marcadas que dio paso a la disolución. Su último concierto sería el 18 de agosto de 1995 en San Luis Potosí.
En 2010 Saúl Hernández y Alejandro Marcovich limaron asperezas y en 2011 se presentan ante 70 mil personas en el Festival Vive Latino. En 2014 se reúnen nuevamente y Marcovich queda por fuera.